«Todos los poetas escriben mala poesía. Los malos poetas la publican, los buenos poetas la queman»
Umberto Eco
Parnasiana ruina
Aparta tu planta de esta orilla,
aquietada onda la voz,
interna estirpe de testigo mil veces entregado.
De ese sueño: heredado bastardo.
Más cumpliré el confiado empeño
sin vanos adjetivos,
fuera del vacío coro de grillos
de brillante quitina
falsamente dolosa y rancia.
Tu cáliz,
de inmediatos hueros placeres
de mis labios aparta.
Se abre al discente la senda
inquieta y profana,
ladrillo del verso,
áureo hogar entre lápidas,
rotas columnas de antaño
y uvas moradas.
En el lugar ese
la sangre trazó acequias,
tintas albercas,
abrevaderos de rojas aguas,
allí se reescribe la vida
entre soberbios corazones
y humildes alpargatas.
Aparta tu ominoso canto
y contempla tus espaldas,
en recogido silencio,
esos arcaicos gritos,
alzan la voz por encima de tu estampa,
y lejanos valles lo recogen,
los aumentan las esperanzadas barcas,
el dolor de otros ojos lo replican,
alentada algarabía las agrandan.
Sigue pues volando lejos,
muy lejos,
donde el limbo de una nube te ampara.

