Solipsismo.
El canto del pájaro,
aquí, dentro de la cabeza.
La granada desgarrada al sol
mostrando sus vegetales espinelas de agua vítrea.
Intima de parietales
abierta sobre pulcra mesa
mientras iba recorriendo
antesalas o admirables travesías
entre columnatas y espléndidos jardines.
Mas erré,
no pude daros el honor
que intuía en templos y alcobas,
incapaz de imaginaros altivos y esbeltos
como helénicos titanes
de una edad puesta en ocaso y lejanía.
De infértil tierra fuisteis,
golems en tiempo y tedio ajusticiados
y ante la muerte concedida,
carcasa vacía, en álgida tempestad ceniza,
vosotros, mis fieles compañeros imaginados.

