XXVIII. Lección de Subsistencia.
¿Lo aprendido?
¿Aquello que el tiempo
impenitente me ha enseñado?
No quieras saberlo,
olvida e ignora todas y cada una de mis palabras.
Equivócate en soledad, por ti mismo yerra
y al menos creerás que no fue en balde el viaje.
Nada importa, el agua lo glorifica,
el barro lo destila y la tierra pide respuesta
al cuerpo disecado del cántaro.
¿Lo aprendido?
Ojos de verdes canicas, trenza de esparto,
ese, y no otro, el amor soñado.
