Un día sin Mí.
A veces el día sale a caminar sin mí.
Me obvia y para que aprenda, correctivo,
me oculta el discurrir esquivo de los gorriones
entre el asfalto y la acera, o el reguero de móvil
grafito que dibujan una batahola de marciales
y silenciosas hormigas. Putas contradicciones.

La jornada se enrosca y desdeñosa,
cruel y soberbia, hace ver que no me necesita
para formar en los alcorques un colorista simulacro
de universo con planetoides naranjas verdes,
naranjas solares naranjas,
y otras meteóricas arrugadas y ocres
que al parecer llegaron antes de tiempo.
Si es que eso resulta posible en el anaranjado
universo de las caídas naranjas.

Para terminar de sojuzgarme te invita
a contemplar la tarde pintar de azul la pizarra
que crece entre los edificios, colgará luciérnagas
cual remedo de farolas y neones retorcidos
componiendo bellas palabras sin sentido.
Imagino entonces hallarme muerta mientras todo,
las hormigas, la pizarra o los gorriones,
continúan con sus inquietantes quehaceres,
creo sentirlos desde un abismo cadavérico y hermoso.
Sé que ese día, el primero de muerta, no será así.
Las hormigas, las naranjas y los alcorques,
en esa extraña simbiosis que tienen pactada
proseguirán sin contriciones llenando las horas,
las impenitentes semanas desde un neblinoso
lejano hasta ese mañana, ya irrevocable, sin mí.

Mientras esto en verdad sucede
el día y yo jugamos a evitarnos,
cruel pasatiempo, mea culpa,
de los que no sabemos sufrir.

Reblogueó esto en El bloc de notas.
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Me enamoré de esa tercera estrofa, de principio a fin. Sigue así.
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LA POESIA DICE MUCHO,ESAS FOTOS ASTRACTAS SE UNEN A TUS LETRAS !TE FELICITO.
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Gracias por tu comentario.
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