La Nueva Cueva.
Un niño pintaba en la pared nubes y aerostatos,
alguien hablaba de peces, un murmullo apenas,
de peces de plata y míticas aves llamadas pájaros.
Todos escuchaban la leyenda, aquellas historias
inventadas mintiendo sobre prados que eran verdes,
absurdos nombres diciendo nada, sueños paganos.
Bajo tierra vive un río negro y arcaico, aliado
del viento restos arrastra, trozos mascullando
una antigua lengua, signos cifrados que advertían
de terribles plagas, anatemas aterradores
por los ancestros desoídos. No lloverá nunca,
cantaba el aíre, mientras un amarillo cielo muerto
escupía azufre y trozos sólidos de negro barro.
Así pues, seguimos con blanca cal nubes pintando,
verdes lomas y raras bestias junto a un río pastando,
todo para recordar lo que tiempo hace hemos olvidado.
Nostálgico y de gran belleza.
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Gracias por detenerte a leer y a comentarlo. No suele ocurrir. Un cordial saludo.
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