Después de un Día de Trabajo.
(Soliloquio)
“Jamás deberíamos hablar de nuestra memoria, porque si algo tiene es que no es nuestra; trabaja por su cuenta, nos ayuda engañándonos o quizá nos engaña para ayudarnos.”
Julio Cortázar (La Vuelta al Día en Ochenta Mundos.)
Dejas que el café se enfríe,
tus ojos peregrinan a las aceras
desde la mesa, de mis labios hacia la calle.
Muestras tu queja, las horas
que al sueño hurtas para persistir
en tu arte, esas jornadas interminables
y las sevicias que te causan
el clima y los turbios calendarios.
Razón no te falta.
Pienso en esos lugares mientras hablas,
territorios y ciudades sin sitio en los mapas,
sucios huecos que estorban,
rincones donde nadie mira y es entonces
cuando tu justo lamento palidece.
No te aflijas.
Mañana recogeremos desechos,
la escoria que queda prendida
en armarios y cajones, restos
de naufragios y ruinas personales.
La interrumpida crónica de algún
alma malbaratada y famélica.
Construiremos con esos pedazos
del pasado la memoria de un tiempo
ya ido y soñaremos, así pues,
en que las cosas podrían haber sido
de diferente modo…
Después ambos nos marcharemos rumbo
a los anhelos propios, las personales diatribas
y esa insistencia enfermiza en pensarlo todo.
Mientras nos traga la carretera
recordar el leído texto,
la distópica leyenda acunada en tebeos,
György Ligeti abduce la radio
y la calzada, con sus luces rojas,
lejanos neones y medidas
intermitencias confabuladas,
se va transformando
en veraz posibilidad,
cada vez más concreta, más cierta.
No me aflijo.
Me fascinó..felicidades…
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Gracias. Resulta reconfortante. Un saludo.
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Así es…reconforta. Y mucho. Un saludo.
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Gracias y un abrazo.
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Ese trocito….tan cierto….
Después ambos nos marcharemos rumbo
a los anhelos propios, las personales diatribas
y esa insistencia enfermiza en pensarlo todo.
Y por qué a de ser así si no sirve para nada. Y se repite.
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Tal vez solo seamos capaces de ver la realidad desde un ángulo: el nuestro, el del miedo. Mas allá de nosotros todo resulta incierto y tememos al dolor, a la soledad, a todo, sin saber que este juego solo sucede una vez y que el final, por suerte, siempre es el mismo. Sabiendo eso deberíamos arriesgarnos algo más. Un abrazo.
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