LA VIDA ES MUDANZA
No quiso que ella se marchara,
terminan por darse beso de jengibre
para que los sabores
no se mezclaran.
Ella le hizo recordar
que la vida es mudanza,
el pidió que dejase de rezar
al mismo dios, al que Craso rezaba.
Ya no hay campaneros
en los campanarios
y continua sonando la melodía,
aún hay esperanza.
Si te pienso
veo esa sonrisa en tus ojos
que se repite tanto en mis sueños.
Un cañaveral de dudas
en el umbral de una áspera noche
incita a Judith a fugarse,
aun ha sabiendas de ser dueña de su cuerpo,
busca que sus ideas
se transformen en objetos.
Pero el temor le invade
al saber, como afuera,
existe la incertidumbre.
1º Pintura de Tarsila do Amaral, A Lua (1928)
2º Pintura de Wilfredo Lam, Dolor de España (1938)