Laudes Uno.
Negué tres veces al agua,
manantiales brotaron en mis ojos.
Por la senda de la acequia,
plata, noche oscura,
ni el jardín tiene la llave
ni la puerta la herradura.
Desando marjal y rivera,
oscura alma enjugo del pozo.
Hortelano de la hermana piedra,
del guijarro jardinero y esposo.
El crisol de la zarza se rompe
buscando mi sepultura,
anillo imposible de aíre
quiebra su arquitectura.
Por la senda de la acequia
solo cabe mi cintura.
Bellísimo. Muchas gracias por compartir. Un abrazo
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Gracias por tus palabras y estar ahí. Un abrazo.
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