Casa con Fantasma.
Duele el aíre pasado,
las detenidas aspas que no mueven
la piedra mientras
el grano fermenta triste,
atrapado entre las vigas
con su corazón de reloj sin cuerda.
Actos de la rama inmóvil
presentidos apenas en ese querer,
en la leñosa forma volátil,
aéreo gemido se adivina
de veleta inconclusa que vaga
por selvático y desaliñado jardín.
Dentro, ahogado el fuego,
no prende el papel
ni la sábana que antes se dijera de madera.
Escribe lento el polvo su prosa,
cerrada, precisa, inmóvil e inalterable.