VII. La Jaula.
El levante en flor,
en tus labios bebo
toronjil y limón.
Era remoto el trino y la jaula,
amarilla lechuga verdeando
e incierto consuelo el agua,
asaetando la siesta con el trino
pruebas que las horas no salvan.
Gorjeo sostenido de la ignota tarde,
rescatas sueño y remembranzas
de un tiempo ido y aquí presente,
dejas prendido un alma del alfeizar
conjugado en plumaje adoleciente.
Entona pues tu trinado embeleso,
glosas cantas de hartazgo repetidas,
coreará el aíre su himno renovado
de frases muertas por ti renacidas.
Por el poniente,
cansada naranja,
parece el sol siempre.
Hay tanta melancolía en este poema. Es una pasada. muchas gracias por compartir.
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Gracias por hacerlo posible.
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