II. Veranos.
Cerrados los ojos
el cuerpo, sobre la penitente arena,
ajeno eleva ávida cosecha
de blindados y fríos crustáceos.
Fingir pereza
al lejano eco que acerca
el insomne rumor
de la bullente orilla,
simulada durmiente atesoro
argentas escamas de deseo,
manos ociosas y coriáceas pinzas.
Balbuceante ardor
zozobrando en los sedientos vasos,
lejos, donde se desespera el alba,
mesas, botellas, y el altar de las sillas.
Contemplo sobre ensimismada estera
el carnal bronce de su vientre,
pubis cual vela latina,
y el falso Atlas de coronados senos
cordilleras dibujando en la restinga.
Ocurrió, y el vapor de los días
como un molesto cántaro,
el corazón fue desaguando.
Tenías sed y en las afueras del labio
la sal tejió una mentira, la abolí
de un bocado, el beso aquel
nos arrancó del centro y dejó una playa
en piel y alma confundida.

Imagen superior: Dos Mujeres Corriendo por la Playa (La Carrera-1922) P. Picasso.
Genial!!
Un abrazo⚘
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Abrazos, gracias.
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