ESTRATEGIA OBLICUA
Madrid,
XI/2018
Un arrebato
hace que mi opresivo entorno
descienda una vez consigo
robarle horas a la almohada.
Me aterrorizan mis sueños apócrifos,
allí visualizo deseos inconclusos,
sima profunda tatuada en geoglifos,
garganta de tratados religiosos,
y deseo arrancar aquellos huesos
que una vez fueron asombro.
Y en ese momento
me observo paseando
junto a la mano del desierto,
saltando sobre terrazas marinas
y corriendo en parques enjaulados.
Veo como los árboles despellejan su manto
por una lluvia que levanta
un halo útero rojo
en un otoño atrasado,
creando bóveda cristal de agua.
Deseo quedarme en este valle de luna
a los pies de lo que creo es el monte Parnaso,
advierto, no vengo a visitar oráculos,
busco ser un cómplice solitario
y huir de un virtuosismo impuesto.