32. Canción Triste
Borrosa ciudad lejana
sobre el alcor del verano,
con sus palmas encendidas
y el revoloteo del faro,
calles desconocidas,
puerto con barquitos blancos.
Allí nacía la aurora
enterrando los ocasos,
ajenos a la mansa arena
que emborrona calendarios,
La mano ignorante chapotea
aún salva de naufragios.
Tarde de entonces quieta
sobre la palma de la mano,
como peonza giraba,
tiovivos del pasado.
La flor no se desnuda
si lo hace, tallo enterrado.
¡Genial!
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Gracias siempre por tus comentarios. 👍
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