EVISCERANDO LA REALIDAD
Málaga,
VIII/2018
La inocencia mudo
en un trabajo
donde la palabra futuro,
como entelequia se presenta.
A ojos de la Realidad,
aquellos juguetes que una vez me hicieron volar
descansan a los pies
de una araña que se despereza.
Bocarriba, sobre un banco de madera
mi dermis contempla como si brisa fuese,
despeja claros en mi mente.
Mi visión, soporífera
se filtra por el tragaluz de un árbol.
Cada vez que eviscero la Realidad,
ésta huele a cruda casquería.
Un taxidermista
que acepta el reto y muda la piel.
Me repongo y sigo mi camino,
mientras pienso
que somos esclavos de algo
que ni siquiera nos pertenece…

¿De verdad hay “Realidades” con mayúscula?
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Solo nombro una Realidad, que es la mía, y esa la escribo con mayúscula. Gracias y un saludo 🙂
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