Málaga, VII/2018
Caprichoso con lo conocido
se comportan nuestros ojos.
Acostumbran, o abandonan y ciegan.
Así pues…
para que la Realidad no devore
engañando mis sentidos,
necesito:
dormir entre sangre y barro, en la trinchera,
y un revolver Colt apuntando mi cabeza.