10.- Anochecer.
Se detuvo de repente la tarde,
y las presas sombras de las cosas
quisieron volverse agua.
Estático todo, quieto estanque
sin ondas, sin aíre muda la palabra.
Silente diálogo, mudo ladrido,
sístole, parpadeo, todo aquietado.
El orbe entero un escenario fabula,
absorto, cuando tu voz acallas,
y solo permites con suave gesto
el diario tránsito de la oscura nada.
Imagen: “Siniestra del Aíre” (Tinta) M. Martínez.
MUY BUENO
Me gustaMe gusta
Gracias compañero!!!
Me gustaLe gusta a 1 persona