Recordatoria. De los cuerpos cercenados el rumor orilla y aledaños invaden. La marejada de la carne, las invitadas brisas que asesinan en un solo gesto del cabello a la estúpida inocencia, y respirar rincones, ocultos huecos que del esfuerzo no precisa para el logro fortuito. El ámbito pasea y mira donde el deseo se expone, el sudor enjuga con un hermoso pañuelo que apresurado guarda, de viejo pecador costumbre, de ególatra irredento. Gaviotas, salitre, piel. Está todo y sin embargo algo falta. Una música de alquiler, un fresco panamá de ala ancha. Un cadáver que, solo y olvidado, malvive con sus recuerdos.
Los postrados estandartes. –Tal vez fuera mejor así. Sin sus arañas dulces las sábanas, lo inevitable mostrando la ventana y donde lo dejamos despertar, un lugar, un vaso que a mover nadie se atrevió. –Esa era la forma justa. Y creer que podremos aletear mañana, que las sonrisas proseguirán y las nubes iluminando las adustas alamedas. Y creer, porque de eso solo se trata, amar y creer. –Fue lo mejor. Latir, sollozar, las cortinas descorrer y afirmar que sí, que estaremos, volver a mostrar el brillo y la ironía. La perfecta copa ácida y locuaz. Ingeniosos términos departiendo. –Tal vez hubiese sido mejor así. Pero erraste. Sin violencia la puerta sonó, tus manos salvas dejaron unos pasos que se alejaban. Se tragaron los escalones, la luz y los pétalos, tras su huida, humillado, bello, postraste tus gallardos estandartes. Málaga, entre 1983-1989![]()